Concepción, Chile
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Daniela Bruna

Nombre completo: Daniela Valentina Bruna Jofré / Generación: 1999 / Trabajo: Psicóloga, Doctor en Psicología, Docente – Investigador del Centro de Investigación y Mejoramiento de la Educación (CIME) de la Facultad de Psicología, Universidad del Desarrollo, sede Concepción / Familia: Soltera / Tiempo libre: Me encanta viajar, leer, ver series de Netflix, bailar, y compartir tiempo con mis amigos y familia, especialmente con mis sobrinos Simón y Manu.

¿A qué te dedicas actualmente?

Mis principales actividades son realizar clases en pregrado, a futuros psicólogos, y en el postgrado, a profesionales que quieren especializarse en esta disciplina y en la educación. Además, me dedico a labores de investigación, las que consisten en postular a proyectos, junto con desarrollar y publicar sus resultados. Los temas en que me he especializado tienen como factor común el mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje, por ejemplo, indagar en  las prácticas docentes que permiten fomentar la capacidad de los estudiantes para autorregular su aprendizaje y cómo promover estrategias de evaluación que permitan mejores aprendizajes.

¿Qué es lo que más echas de menos de tu época de colegio?

Tener contacto diario con mis amigas. En el colegio formé algunas de las amistades más importantes, que han perdurado hasta el día de hoy, y con las que crecimos juntas. En esa etapa uno tenía la suerte de compartir todas las actividades cotidianas, lo que actualmente es más difícil.

¿Uno de tus mejores días en Saint John’s?

En segundo básico, cuando a nuestra generación le tocó hacer el concert de fin de año con el tema de los Beatles. Me encantaban esas actividades, donde todos participábamos con algún rol. Ese año fue muy especial, ya que bailamos diferentes canciones de esta banda y fue espectacular ver a los papás alucinando. Recuerdo que me regalaron el cassette de Yellow Submarine y no podía parar de escucharlo.

¿Tu sobrenombre del colegio?

Dani.

¿La nota que más te dolió? ¿Por qué?

No recuerdo una nota puntual, pero lo que más me costaba eran algunas actividades de Educación Física, como hacer la invertida en el caballete. Sufría, porque me daba miedo y tenía que esforzarme mucho. Obviamente la nota no era buena, y me bajaba el promedio. (risa)

¿El trabajo/proyecto que más te llenó de orgullo?

Me cuesta pensar en uno solo, pero recuerdo un trabajo que nos hicieron realizar en Inglés, cuando estábamos viendo el tema del Apartheid en Sudáfrica. Teníamos que hacer un diario que mostrara noticias y ayudara a concientizar sobre esta problemática. Era una actividad entretenida, con un formato diferente, y que nos ayudó a generar conciencia social. Me acuerdo que algunos grupos hicieron trabajos espectaculares e impresos, en tiempos en que no había tanto acceso a la tecnología. Este tipo de actividades sacaba lo mejor de nosotros, como estudiantes.

¿Tu profesor favorito? ¿Por qué?

Tuve muchos buenos profesores, pero hay dos que me gustaría destacar: al Sr. Óscar Pérez de Castellano y a Mr. Marcelo Rabanal de Inglés. Ambos profesores apasionados y con una inmensa vocación por enseñar, muy preocupados por lograr aprendizajes profundos en sus estudiantes. Recuerdo que utilizaban estrategias innovadoras, en las que teníamos que reflexionar sobre problemas humanos importantes, construir nuestros propios aprendizajes, y leer bastante. Además, sus evaluaciones siempre eran significativas, motivantes y con sentido. Sin duda tuvieron un fuerte impacto en mi elección vocacional y, ahora que me toca hacer docencia, pienso en ellos como modelos de lo que implica ser un buen profesor.

¿Algo que aprendiste en el colegio y te acompaña hasta hoy?

Cómo se aplica la mirada constructivista en la enseñanza, y el impacto que esto tiene en el aprendizaje. Cuando comencé a especializarme en el área de la Psicología Educacional, me di cuenta que muchas instituciones se mantienen en una mirada tradicional, en la que aprender implica memorizar y repetir información. En el colegio esto era diferente. Los estudiantes teníamos un rol activo, siempre estábamos realizando actividades en las que éramos protagonistas del proceso de aprender, como proyectos, role playing, ensayos, laboratorios, etc. Fue muy grato ver, como a pesar de haber salido hace varios años, ya en ese entonces, se utilizaban estas metodologías, que permiten aplicar los conocimientos en la vida. Esto me sirvió mucho en la universidad y era más fácil comprender, ya que había tenido estas experiencias.

En 140 caracteres, ¿qué le dirías a los alumnos que hoy están en Saint John’s?

“Seize the day” (aprovechen el momento), están viviendo una de las etapas más lindas, y el colegio es un gran espacio para lograr sus metas, ya sean académicas, sociales o deportivas.